¿Qué tipos de familia existen en la sociedad actual? ¿Cuál es la tuya?

  Puede que siempre hayamos imaginado que cuando fuéramos mayores viviríamos con nuestra familia compuesta de pareja e hijos, ya que es el típico modelo de familia tradicional que hasta hace unos años veníamos observando a nuestro alrededor y en nuestras generaciones pasadas.

  Pero lo cierto es que los cambios a los que se ha sometido la sociedad actual nos obligan a cambiar de perspectiva. Actualmente, nos encontramos con diferentes tipos de familia que se han ido creando con el paso del tiempo y dadas las circunstancias personales de cada uno de los miembros que la componen.

  Antiguamente se definía a la familia tradicional como: «Agrupamiento nuclear compuesto por un hombre y una mujer unidos en matrimonio, más los hijos tenidos en común, todos bajo el mismo techo; donde el hombre trabaja fuera de casa y consigue los medios de subsistencia de la familia, mientras la mujer en casa cuida de los hijos del matrimonio».

  Pero ahora la familia es mucho más que eso, la familia está creada por personas que deciden libremente convivir juntos y tener o no hijos en común y además compartir la crianza y aunque los hijos no sean biológicos, se terminan asumiendo como propios. Aunque cabe destacar que no es recomendable intentar sustituir a ninguna figura materna o paterna.

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Estos son los diferentes tipos de familia que nos podemos encontrar en la actualidad:

Familia nuclear, es la formada por el padre, la madre y los hijos. Sería el típico modelo de familia tradicional.

-Familia monoparental, donde el adulto puede ser un sólo hombre o sola mujer, con o sin hijos. Podrían ser padres separados o divorciados donde los hijos quedan viviendo con uno de los padres, por un embarazo precoz donde se constituye la familia de madre soltera, por el fallecimiento de uno de los cónyuges, o madres que deciden someterse a un tratamiento de fertilidad y convertirse en madres solteras.

Familia adoptiva, constituidas por una pareja con hijos adoptivos.

-Familia reconstituida compuesta por hijos de relaciones anteriores con o sin hijos nacidos de la nueva unión.

 -Familia de padres separados, en la que los progenitores se han separado por una crisis en su relación de pareja pero siguen compartiendo la crianza de sus hijos por separado.

– Familia sin hijos, formadas por parejas sin hijos, ya sea por problemas de fertilidad o por decisión propia.

-Familia homoparental, formada por progenitores del mismo sexo, pudiendo ser hombres o mujeres, y que pueden tener consigo hijos biológicos de alguno de los miembros de la pareja, o hijos adoptados.

  Como podemos observar en esta clasificación, existen tipos de familias con padres o madres del mismo sexo y es aquí donde tanta polémica se ha creado con preguntas como: ¿Es recomendable para los niños vivir en un entorno familiar de estas características?  Quiero aclarar que esta respuesta depende de los resultados de las investigaciones y no de opiniones personales. Así que nos remitimos a los resultados y éstos nos dicen que no existe una relación entre la orientación sexual de los padres y cualquier problema emocional, psicosocial y de ajuste del comportamiento de un niño.

  Si los niños viven en un entorno donde prima el cuidado, la comprensión, el apoyo, el cariño y la seguridad, los niños crecerán en un entorno propicio para su desarrollo. Porque no olvidemos que cada uno de los miembros que componen estas familias son personas, y al final esto es lo que vale, por encima del estado civil, la orientación sexual o  de tener pareja o no. Si las personas cumplen con su rol, no tiene por qué existir ningún problema.

  Lo más importante es adaptarse a la realidad y a los datos y es que al final la familia es la con la que decides compartir tu vida y te apoya cuando la necesitas, a veces no tiene por qué estar unida por lazos de consanguinidad, sino por el respeto, el cariño y el apoyo.

  Desgraciadamente, muchas personas se niegan a aceptar estos cambios a los que se ha expuesto la sociedad y siguen encasillados en el modelo de familia tradicional, y aunque  es cierto que puede costar un tiempo asimilar que se produzca en nuestras vidas un cambio de tipo de familia sobre todo si ese cambio no es deseado. Pero es importante que las aceptemos independientemente de su condición, para facilitar lo posible la integración y con ello favorecer el crecimiento y el bienestar emocional de las personas que las integran.

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