Beneficios psicológicos para los niños de crecer junto a un perro

Todos somos conocedores de la responsabilidad y al mismo tiempo de la alegría que puede llegar a dar tener una mascota en casa, ya sea un perro, un gato, un loro o un conejo, dependerá de los gustos y preferencias personales de cada uno. Pero en este artículo nos centraremos en los mejores amigos de cuatro patas de los seres humanos, los perros.

Cuando nos planteamos tener un perro, a veces sólo nos quedamos con los inconvenientes y los aspectos negativos, sobre todo los que tienen que ver con las obligaciones:  El coste económico, la limpieza, las responsabilidades… etc., que puede suponer su cuidado y mantenimiento. Pero bien es cierto, que también podemos obtener muchos beneficios de tener un perro en casa, tanto para los adultos como para los más pequeños, los niños.

Los niños  pueden obtener beneficios a nivel psicológico por  el hecho de convivir y de crecer junto a un perro. A continuación, vamos a nombrar algunos de ellos:

1. Es un amigo fiel, compañero de travesuras, de juegos, siempre estará disponible cuando el niño quiera jugar. El perro estará a su lado de forma incondicional, sin criticarlo ni juzgarlo. Lo cual puede favorecer la creatividad y la confianza en sí mismo favorenciendo el aprendizaje a través del juego.

2. El hecho de tener unas responsabilidades en las que el niño puede participar, como por ejemplo sacarlo a pasear para que haga sus necesidades, ponerle agua o comida, bañarlo y proporcionarle cuidados en general, puede ayudar al  niño a sentirse importante al realizar algo necesario. Lo cual puede ayudar en la toma de conciencia de las responsabilidades.

3. Puede favorecer el desarrollo de la empatía. Porque el niño intentará cubrir las necesidades del perro y aprenderá a interpretar las señales que le emita. Por ejemplo, si mueve la cola es que está contento y quiere jugar, si llora porque escucha ruidos fuertes es que tiene miedo, si viene con su juguete en la boca es que tiene ganas de jugar y si se acerca y pega unos «lametazos» es que  está agradecido y quiere dar cariño.

4. Facilita la expresión de emociones, lo cual es muy importante para su salud mental. Ya que el niño con el tiempo va a crear un vínculo emocional con el perro al cual expresará su amor, su enfado o su alegría.

6. Es un incentivo para realizar actividad física, al salir a pasear con el perro, se disminuye el sedentarismo, mejora la salud y con ello el bienestar emocional.

5. Puede mejorar y potenciar la autoestima al sentirse útil, querido y responsable de su perro.

Desde luego, cada circunstancia personal y familiar es diferente y no todos los padres pueden permitirse tener un perro en casa para que crezca junto a su hijo. Los motivos pueden ser de diferente índole, desde el tipo de vivienda en la que conviven, la falta de tiempo debido a los horarios laborales u otras obligaciones, la economía, o la propia salud que también puede influir en la toma de decisiones.

Pero si las circunstancias son favorables, es una buena opción para los niños que convivan y crezcan junto a un perro en casa. Los niños lo agradecerán y además estaremos favoreciendo e interfiriendo en sus niveles de felicidad.

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